RESPIRA MEJOR, ¡CORRE MEJOR!

 
 
1. El cien: Acuéstate sobre tu espalda, con las rodillas dobladas y los pies pegados al piso. Mantén tus brazos a los lados y las palmas hacia abajo. Inhala y levanta tu cabeza, cuello, hombros y brazos del piso. Eleva tus rodillas y extiende tus pies y piernas a un ángulo de 45 º. Haz 5 inhalaciones cortas y 5 exhalaciones del mismo tiempo, mientras tus brazos permanecen rectos y sin bajarlos. Después de hacer esto, mantén la posición contando hasta 100.
EL BENEFICIO. Enseñarte a controlar la respiración te ayudará a balancear tus inhalaciones y exhalaciones. Con esto construirás unos abdominales muy fuertes.
 
2. El cisne. Acostado boca abajo con las palmas de las manos y los hombros pegados al piso, colócate como si te fueras a levantar. Alinea tu cuello con tu espina dorsal. Inhala y suavemente sube tu cabeza, cuello, hombros y pecho mientras presionas tus manos contra el piso. Mantén tus codos ligeramente doblados. Al exhalar, baja lentamente, primero tu pecho, luego los hombros, cuello, barbilla y cabeza. Para evitar tensión en tu espalda, procura poner tus hombros hacia atrás para que tu pecho quede abierto. Repite 10 veces.
EL BENEFICIO. Abre el pecho y te ayuda a desarrollar inhalaciones más profundas. 
 
3. Expansión de pecho. Parado con tus pies ligeramente separados, tus rodillas un poco dobladas y tus brazos a los lados, inhala y sube tus brazos hasta que tus bíceps queden cerca de tus oídos. Exhala, baja tus brazos y ponlos a los lados. Repite cuatro veces, concentrándote en hacer respiraciones profundas y en abrir el pecho.
EL BENEFICIO. Estira los músculos intercostales, relaja los hombros, agranda el diafragma y la pared pélvica. Además ayuda a balancear la respiración entre tu pulmón derecho y el izquierdo.