Cómo identificar el sobreentrenamiento y combatirlo

Texto por Dr. Jordan Metzl

Este mes es de intenso ajetreo en mi oficina. Como un reloj, el teléfono comienza a sonar todo el tiempo: “Doctor Metzl, me duele todo, y mi maratón es en un mes. ¡Por favor, ayúdeme!”. Día tras día recibo el mismo tipo de llamadas y casi siempre se debe al sobreentrenamiento.

¿Por qué? Como dice mi amigo Ramón, un entrenador de Nueva York: “Los corredores de maratones usualmente se lesionan porque violan la regla de los excesos: entrenan mucho, en poco tiempo y muy intensamente”. En otras palabras, estos deterioros son el resultado del sobreentrenamiento. Con miles de corredores preparándose para los maratones del otoño, aumentan sus recorridos entre la última parte del verano y a mediados del otoño. Después de meses de acondicionamiento, el cuerpo, si no está entrenado propiamente, comienza a ceder. Hay una delgada línea en los deportes de resistencia entre alcanzar una aptitud física máxima e ir más allá de lo saludable. 

Como un doctor deportivo, un atleta resistente, y un profesional fitness, lo entiendo. Todos queremos un buen resultado y lo intentamos conseguir a toda costa. Pero cuando lo hacemos excesivamente, terminamos con un síndrome de sobreentrenamiento, una condición sorprendentemente común caracterizada por un desempeño deteriorado. Aparece en tres áreas clave –mental, hormonal y física– y lo más complicado es que probablemente no te des cuenta que lo tienes. Déjame explicarte uno a uno. 

MENTAL 

Uno de los síntomas más comunes del síndrome de sobreentrenamiento es el agotamiento. Un corredor que pone mucho estrés en uno mismo (por ejemplo, la calidad del sueño, la deficiencia calórica, y la ansiedad por la carrera) se sentirá agotado. La fatiga mental es frecuentemente ignorada pero es una parte esencial del entrenamiento. Una mente cansada va de la mano con un cuerpo cansado. Cuando no hay energía, ocurren colapsos y lesiones. 

Para prevenir que un agotamiento mental se apodere de ti, cuida tu mente. Duerme más en las semanas de recorridos largos, el descanso es cuando tu mente y cuerpo tienen tiempo para sanar. Calendariza actividades relajantes, como un masaje o reservar un día para ti solo. Está bien darte permiso de despreocuparte. Saltarte un entrenamiento para dormir es más útil que forzarte de más e ignorar las señales de tu cuerpo. 

HORMONAL 

Tu cuerpo es una máquina perfecta. Las hormonas, producidas por varias glándulas, son responsables de mantener la homeostasis, el balance delicado del cuerpo que controla muchas de nuestras funciones diarias, desde los ciclos de sueño hasta la sensación del hambre. Cuando el sobreentrenamiento afecta nuestros cuerpos, las hormonas se salen de control, algunas se producen de más y otras no lo suficiente. Esto termina causando problemas incluyendo un sistema inmunológico débil y respuestas anormales de hambre y antojos. Hasta puede ocasionar amenorrea, la ausencia de menstruación en las mujeres. Si sospechas de algún desbalance hormonal, es momento de hablar con tu doctor y tal vez ver a un nutriólogo deportivo. 

Tu médico puede hacer pruebas de sangre para anormalidades hormonales y los niveles de hierro que ayudan a su diagnóstico. Los problemas más comunes son nutricionales –como no consumir suficientes calorías para el desgaste atlético– y pueden ser solucionados con un buen plan de nutrición. 

FÍSICO

El componente más evidente del sobreentrenamiento son las lesiones físicas. Los corredores llegan a mi consultorio con deterioros de altos recorridos, incluyendo dolores en los pies, tendones de Aquiles, espinillas, rodillas y caderas lastimadas. La severidad de estas lesiones va desde un poco de sobreuso que se soluciona con unas cuan- tas semanas hasta fracturas que requieren de meses para curarse. 

De la misma manera que la sobrecarga mental y hormonal, el sobreentrenamiento físico significa que le estás exigiendo demasiado a tu cuerpo. Recuerda que un recorrido de 10 millas es una experiencia diferente para cada corredor, dependiendo de tu cuerpo, tu paso e historial de lesiones. El dolor que cambia la manera en que corres y altera tu paso necesita ser revisado por un médico. Los pequeños dolores pueden fácilmente convertirse en problemas serios si no se diagnostican a tiempo. 

Al final, los planes de entrenamiento estructurados y el equipo adecuado son importantes para los corredores. Pero no servirán de nada si no escuchas a tu cuerpo. Si las señales del síndrome de sobreentrenamiento son detectadas a tiempo, es más probable que termines en la línea de salida de un maratón y no en mi consultorio.

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