¿QUÉ PASA CUANDO TOMAS UNA SIESTA DIARIA DE 20 MINUTOS?

Tengo una rutina en la cual me despierto a las 5:30 am, empiezo mi rutina diaria, hago ejercicio, me baño, me arreglo y me voy a trabajar. Desde ese momento no tomo ningún descanso. Aproximadamente a las 2:00pm, salgo a comer y ahí es donde todo se pone mal. Termino de comer y el sueño llega a mi como una ola, mis ojos se sientes secos, estoy cansado. Termino mi día laboral y normalmente me gusta ir al gimnasio para desesterarme del trabajo; el problema es que estoy tan cansado que no disfruto de mi ejercicio y normalmente acorto las sesiones.

Después de leer varios estudios publicados, descubrí que las siestas sí son buenas para los que hacemos ejercicio, pero sobretodo para los atletas. Un estudio del 2007 encontró que los atletas habían mejorado sus sprints y rendían mucho mejor en entrenamientos de 30 minutos. También descubrí que dormir 20 minutos al día tenía grandes beneficios como estar más alerta, mejora el humor y mejora tu concentración y la rapidez con la captas las cosas.


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Por obvias razones pensé que una siesta era la solución a mis problemas de cansancio después de comer, así que en cuanto terminaba de comer, empecé a aprovechar mi tiempo libre y empecé a tomar pequeñas siestas de  20-30 minutos máximo.

“El tiempo ideal para dormir es de 20 minutos”, dice Christopher Lindhost, un experto del sueño de Metronaps. Dormir más de 20 minutos ayuda a que tu cuerpo entre en un sueño profundo; esto es bueno cuando duermes durante la noche, ya que es la etapa en la que tienes que recuperarte y descansar. Pero cuando es solo una siesta, provoca que despiertes más cansado y en ocasiones desorientado, ya que tu cuerpo no completó el período de sueño que pensó que tendría.

El primer día dormí casi 45 minutos y cuando desperté me sentía mal, estaba más cansado, desorientado y tarde un rato en reactivarme. El segundo día puse una alarma y desperté a los 30 minutos, lo malo fue que pase más tiempo preocupado por la alarma que tarde más de 10 minutos en dormirme, entonces no llegue ni a los 20 minutos de siesta y obviamente desperté más cansado.

El tercer día puse mi alarma a 23 minutos, me dio tiempo de dormir un poco, pero sobretodo descansar y recordar que permanecer quieto por este tiempo me ayudaba a recuperarme igual que dormir. Empecé a descansar mucho más que los días que dormí de 30 a 45 minutos.


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Conforme avancé con este hábito, me di cuenta que mi mente estaba igual de clara en la mañana como en la tarde, podía escribir igual, por lo que me hice mucho más productivo. Empecé a ser mucho más eficiente en mis labores diarias. En cuanto a mi rutina deportiva, seguí corriendo en las mañanas pero lo mejor de todo es que retomé mi sesión de gimnasio en las noches y ya no me costaba.

Claro que hubo días en los que preferí dormir que tomar mi hora de comida, me volví adicto a este hábito, pero lo bueno fue que deje de posponer mi hora de levantarme en las mañanas gracias a mi siesta en la tarde, pues estaba descansando mucho más.

Y a todo esto… ¿Qué pasa cuando tomas siestas en las tardes?

  1. Ayudas a tu mente a tomar un respiro
  2. Estas mucho más alerta
  3. Mejoras tu humor
  4. Tienes más energía para correr
  5. Tu mente está clara y eres más receptivo
  6. Eres mucho más eficiente