Guía de los corredores para perder peso (Parte 7)

Para mucha gente que está a dieta, la única motivación es perder peso tan rápido como se pueda. Tal vez sea por una próxima reunión de ex alumnos o el deseo de verse bien cuando se pasean por la alberca. De cualquier forma, la estrategia “perder peso rápido”, usualmente lleva a las personas por un camino peligroso. Cortan de tajo con las calorías y hacen ejercicio de una manera desenfrenada sólo para perder peso rápidamente. Entonces, cuando por fin han alcanzado su meta, piensan que ya lo lograron y lentamente regresan a sus hábitos anteriores y pronto recuperan los kilos que habían perdido.

 

Evitando algunas de estas medidas drásticas, los corredores pueden perder kilos y alcanzar su peso ideal. ¿Pero qué pasa después? “Seguido decimos, ‘Bien, alcancé mi meta, ya estoy listo’” comenta Linda Spangle, autora de 100 días de perder peso. “Ese es el error más grande y te impide mantenerte en ese peso por un largo tiempo”. Así como no debes dejar de entrenar una vez que alcanzas una meta como corredor, mantener un bajo peso es una batalla diaria, que demanda mucha atención y esfuerzo. Aquí hay algunos puntos que te ayudarán a mantener tu nuevo cuerpo para que dentro de 10 ó 20 años sigas delgado, feliz y saludable.

 
Mantente así. La mayoría de los miembros del National Weight  Control Registry, un grupo de cerca de 5 mil personas que han bajado significativamente de peso y ahí se han mantenido, continúan con un nivel alto de ejercicio y de alguna manera siguen una dieta baja en calorías, dos principios básicos en su nuevo peso. “Puedes aumentar lentamente la cantidad de calorías si te mantienes muy constante en el ejercicio, pero hazlo gradualmente” señala Spangle.
 
Súbete a la báscula. En 2008, una revisión al International Journal of Behavior Nutrition and Physical Activity, examinó los resultados de diferentes estudios sobre la pérdida de peso. La conclusión fue que las personas que se pesaban diario o una vez por semana, lograron una mayor pérdida que aquellas que rara vez lo hacían.
 
Obtén apoyo.  Encontrar algún soporte social, de un mentor, amigo o grupo de corredores, agrega un sentimiento de compañerismo y ayuda a perder peso. Un estudio de 2007  en Obesity, mostró que un terapista que asesoraba por Internet, lideró una mayor pérdida de peso que un sitio que indicaba que lo lograrías tú solo.
 
Piensa en lo que comes.  Comer por comodidad o por evitar el aburrimiento, es la razón número uno por la cual las personas ganan peso, dice Spangle. Además, según un estudio de 2008 en Nature, comer de manera emocional provoca que sea en grandes cantidades. Carla Birnberg, entrenadora profesional, les dice a sus clientes que se pregunten a si mismos, “¿Un plato de pollo al vapor con brócoli suena bien?”, si la respuesta es negativa, entonces todavía no tienen suficiente hambre para necesitar la comida como combustible.
 
Mantén alta la motivación. Crea una lista de las razones por las que quieres perder peso, y con el tiempo auméntala: “Quiero ser un buen modelo para mis hijos”, “Quiero sentirme más joven”. Eso te ayudará a recordar los placeres y beneficios de ser delgado. “Se siente tan bien estar cómodo en tu nuevo cuerpo” dice Joy Bauer, “incluso si cada día parece ser más asfixiante, vale la pena con la recompensa.
 

 

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