Importancia de la mente en las prácticas deportivas

Texto por: Claudia Rodríguez Acosta

La preparación para una competencia o el interés por mejorar el nivel de rendimiento físico, no sólo incluye la ejercitación constante del cuerpo. Los grandes deportistas pueden lograr ese rendimiento gracias a una preparación mental, cuerpo y mente no funcionan como entidades separadas, lo que ocurre en uno también tiene impacto en el otro. Por ejemplo, el estado de ánimo tiene repercusiones en la salud física, o bien,  algún malestar físico o enfermedad afecta la parte emocional. ¿Qué ocurre primero, el daño físico o el malestar emocional? No lo sabemos, ya que ambos ocurren y tienen un impacto mutuo. 

Practicar un deporte, sobre todo en atletas de alto rendimiento, tiene muchas ventajas para la salud, y a la vez, requiere de mucha fuerza de voluntad y constancia. ¿Qué puede pasar para que un atleta no logre sus objetivos a pesar de la preparación física con la que cuenta?

Relacionado: «Claves psicológicas para correr un maratón»

De inicio, es importante explicar que la psique tiene una parte conocida y consciente y otra totalmente inconsciente; por lo tanto, siempre tenemos motivaciones conscientes e inconscientes para lograr o no nuestros objetivos y para tomar decisiones. La elección de un deporte se hace desde lo consciente gracias a los gustos, habilidades e ideales, pero también, gracias a una parte “desconocida” de nosotros mismos que nos empuja a practicar un deporte en equipo, o individual, en agua o en tierra, con o sin equipo especial, etc. Todo ello generalmente se va definiendo desde edades tempranas, así como el nivel al que se aspira y los objetivos que tiene el entrenamiento. 

Lo cierto, es que independientemente del deporte que se practique, los atletas de alto rendimiento o aquellas personas que inician una práctica con fines de competencia y mejora continua, tendrán que ejercitar también su mente y tomar en cuenta las siguientes reflexiones:

  • Un entrenamiento, ya sea para estar saludable, para bajar de peso o para competir; nunca es fácil ni rápido. Entrenar implica un proceso y los procesos requieren de compromiso y paciencia. Hay que mentalizarse para tener presente que todo entrenamiento tiene resultados a mediano y a largo plazo, requiere insistencia, tolerancia a la frustración y cambios (por ejemplo, en horarios, alimentación, horas de sueño).
  • Competir implica querer ganar o mejorar, pero hay casos en los que, al mismo tiempo, nuestra parte inconsciente siente culpa o miedo por alcanzar el éxito y provoca sabotajes. Es como haber estudiado mucho para un examen y olvidar todo en el momento de tener que resolverlo. ¿Por qué sucede esto? Cada caso es diferente y habrá que analizarlo y desenredar el nudo que permita identificar qué está pasando. Este proceso requiere en la mayoría de los casos, de un acompañamiento profesional. 
  • Para que el cuerpo pueda tener fuerza y resistencia, habrá que ejercitar habilidades de atención, concentración y sobre todo, paciencia. La respiración es fundamental para lograr un buen rendimiento y cuando nos ponemos ansiosos o tensos la respiración se altera. Así que es importante enfocarse en mantener la calma, lo cual puede resultar bastante difícil sobre todo si estamos en desventaja frente a nuestro rival.
  • Habrá que escuchar a nuestro cuerpo para poder dosificar la fuerza, la rapidez y la resistencia; mantener el enfoque y no caer en la desesperación. No necesariamente gana quien empieza más rápido.
  • Respecto a los deportes que se practican en equipo, es importante la cohesión del grupo, el dejar a un lado rivalidades y envidias internas. Hay que hablar mucho de lo que se espera del grupo y de lo que cada quien pueda aportar. Al momento de la competencia, centrarse en lograr el mejor rendimiento de sí mismo, sin enfocarse en las fallas del otro, ya que al hacerlo, surgen el reclamo y el enojo que no ayudan para nada.
  • Confiar en que daremos lo mejor de nosotros mismos, teniendo en cuenta que siempre habrá quienes logren más o logren menos. Practicar un deporte tendría que ser una actividad lúdica, que se disfrute, no algo que provoque tensión, enojo y frustración.
  • En el tema deportivo, así como en todos los demás temas de la vida, hay que luchar por mantener alejada la ansiedad. Cuerpo y mente responden mejor cuando se encuentran tranquilos, sin distracciones y sin preocupaciones. Practicar un deporte debería ayudar a lograr este equilibrio, no a provocar desajustes. 
  • Si logramos mantener un estado de ánimo relajado y altamente motivado, ya tenemos más del 50% del trabajo hecho. La motivación es la clave para insistir a pesar de los fracasos. ¿Cómo se logra esto? Identificando qué nos desanima, cuál es nuestro objetivo, cuáles son nuestras debilidades emocionales, por qué nos desmotivamos. Sin embargo, hay muchos temas que quedan lejos de la consciencia y que, por lo tanto, requieren de un trabajo de análisis más profundo y acompañamiento profesional.

También puedes leer: «Inspírate y motívate para correr un maratón»