Esta mujer perdió peso corriendo

Ivonne Azuco es una mamá mexicana de 45 años que empezó a correr a los 38, tenía sobrepeso y llegó a los 100 kilos, por lo que decidió correr, eso cambió su vida. Así lo cuenta a Runner’s World México.

Soy Ivone Azuco y estoy por cumplir 45 años. Soy madre de tres hijos y empecé a correr hace casi siete años, primero con dos kilómetros y llegué a los 12 por día. Tenía sobrepeso y subí hasta los 100 kilos, por lo que decidí hacer primero yoga, luego box y finalmente correr. 

Esta última actividad me atrapó y ya es parte de mí, no la puedo dejar. Corrí hasta los siete meses de embarazo, y mi salud y la de mi bebé se mantuvieron en excelente forma. Ya cuando la pancita y mi hijo Angel no me permitieron continuar corriendo, me enfoqué en mantener una actividad física moderada, con labores en casa y breves caminatas. 

Lamentablemente, por complicaciones propias del parto y que el hospital en que me atendí no estaba “tan familiarizado con los nacimientos naturales”, di a luz por cesárea. No obstante, las condiciones de salud de mi bebé fueron excelentes y, para mi fortuna, el ejercicio que había venido haciendo favoreció que me recuperara pronto de la cirugía y la reincorporación fuera más rápida.
Estoy convencida que correr mejoró mi salud y la de mi bebé, y nos dio condiciones de vida más óptimas que si hubiera estado en casa guardando reposo.

Hace tres meses empecé a correr otra vez y al principio me sentía mal, porque mi cuerpo cambió de nuevo, ya había superado todo y fue un poco duro para mí verme diferente a pesar de mi edad. 

Lo importante es que poco a poco lo estoy logrando, ahora corro siete kilómetros diarios, ya vamos de gane, por salud principalmente, y hoy solo estoy 10 kilos por encima de mi peso. La persona que siempre me anima, da consejos y me enseñó una técnica para correr es mi esposo. He tenido ganas de ir a carreras, pero me resulta difícil ya que son un poco caras. Una vez me gané un número para la Carrera Bonafont, es muy padre sentir que puedes correr, para mí es desconectarme de todo, estar un rato conmigo misma, escucharme y sentir que soy poderosa y libre, es lo máximo y no lo pienso dejar. 

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Este artículo aparece en Runner’s World México de Mayo 2019