CORRIENDO CON AUTISMO: RYAN RUEFF

Rob Rueff y su hijo Ryan (12 años) han causado conmoción en Estados Unidos debido a que ambos corren juntos, logrando una conexión especial, a pesar de que Ryan tiene autismo.

Ryan fue diagnosticado con autismo a los 18 meses de edad, por lo que la familia Rueff puso manos a la obra para ayudar al bebé lo más posible desde el primer día que supieron la noticia. Aunque Rob afirma que a veces es complicado.

¿Pero cómo involucraron el running en la vida de este padre e hijo? “Normalmente Ryan siempre se despertaba en las mañanas y salía de la casa, pero en una ocasión hacía demasiado frío, o estaba nevando, que no pudo salir, así que literal se puso a correr alrededor de la sala y la cocina”, indica Rob. Así que comentando con su esposa lo sucedido, decidieron que Ryan saldría a correr con su padre (que ya tenía varios años en el running).

“A principio Ryan se reía y parecía feliz cada vez que salíamos a correr, fue ahí que supe que le gustaba”, indica el padre.

“Al principio corríamos un poco, parábamos cinco minutos a caminar, y volvíamos a correr, pero después de un tiempo, cuando yo paré a caminar, Ryan siguió corriendo, y desde ahí no hemos vuelto a descansar esos cinco minutos de caminata”, relata Rob.

Este padre solo deseaba que su hijo disfrutara correr, y que de alguna manera se sintiera a gusto con una actividad física, pero nunca imaginó que este deporte cambiara la dinámica de su familia en lo absoluto.

“Seguimos un plan de entrenamiento, y corremos 20 millas a la semana (32 kilómetros aproximadamente)”, indica Rob. “Correr le ha dado más confianza, le ha ayudado a su habilidad cognitiva, ahora procesa de mejor forma la información, e incluso puedes distinguir perfectamente cómo cambia su habilidad para concentrarse los días que corre, al contrario de los días de descanso”, afirma.

Por ahora, el mayor reto que ha enfrentado la familia Rueff, es ayudar a que Ryan se concentre en la importancia de empezar despacio una carrera, para poder terminar más fuerte la misma (¡y eso nos sucede a todos!), pero ni las multitudes, ni su trastorno psicológico ha parado a Ryan y sus ganas de seguir corriendo.

“Ahora somos más cercanos, me pregunta cosas. Correr nos ha hecho más organizados”, indica Rob.

Lo mejor de esta historia es que Ryan ha conseguido excelentes resultados ya que en su primera carrera de 5k, terminó en segundo al cronometrar 26:40. Además, ya corrió su primer medio maratón, terminándolo en 2:06:06. “Ha sido el momento en que he estado más orgulloso, ya que ni siquiera volteó a verme, él mantuvo su paso y se ubicó con los más rápidos”.

Esta familia ha sido beneficiada por el running en general, no solo el joven de 12 años; y mientras para un niño con autismo pueda funcionar otra disciplina como nadar o bailar, para Ryan, correr le ha permitido adaptarse de mejor manera a su vida normal.

¿Qué opinas de Ryan?