CORREDOR DE 80 AÑOS, LOGRA MEDALLA 17 (SEGUIDA) EN EL MARATÓN DE CHICAGO

A los 60 años, el oriundo de Chicago, Frank Abramic miró a los corredores en el parque cerca de su casa y se preguntó por qué hacían eso. “Usualmente pensaba, 'esta gente está loca –parece que no se están divirtiendo en absoluto', comentó el corredor. “Se veían como si siempre estuvieran pasando por sufrimiento”.
 
Ahora, relaciona tanto su angustia y conocimiento que te llevan a resistir un maratón. El hombre de 80 años, quien comenzó a correr a los 63 años, enfrentó temperaturas superiores a las promedio y viento que soplaban en su cara en cada vuelta el domingo pasado. A pesar de ello, logró llegar a la meta de su maratón 17 en Chicago con un tiempo de 6:22.01. 
 
“No veo el maratón como una carrera. Es un viaje de 42 kilómetros, eso es lo que es”, agregó. 
 
Cuatro de sus familiares también corrieron el maratón de Chicago, incluido su hermano de 77 años John (6:03.07), la hija de John Janet Abramic (5:12.02) y Karen Abramic-Dilger (4:44.31) y Mike Dilger, esposo de Karen (5:44.19). Aunque ellos terminaron primero que él, Frank abrió el camino para la familia, ya que todos comenzaron a correr después de verlo en la carrera. “Se lo digo todo el tiempo, 'mira lo que comenzaste, tío Frank'”, dijo Janet. A pesar de que no le gusta ser el centro de atención, “Creo que está orgulloso de que comenzó esta tradición”.
 
Hasta los 63, Frank trabajó como diseñador mecánico, pasando muchas horas en la silla. En cierto momento, su jefe comenzó a correr para mantenerse en buen estado de salud. “Él podía salir a correr, y yo estaba aquí sentado trabajando”, dijo. “Creo que mi motivo principal era estar en el camino correcta, también siguiendo sus lineamientos”.
 
La primera vez que trató de correr se dio cuenta que no estaba en buena forma física, pero también estaba muy feliz. “Después de una carrera larga, te relajas. Es liberador de estrés”, agregó. Corrió 5K, luego 10K y 21K. Todos, antes de decidir correr su primer maratón en 1999, a los 64 años en un tiempo de 4:54.22. Desde esa fecha, hasta ahora, sus entrenamientos no han cambiado demasiado. Aunque se preocupa de que no entrena demasiado, Frank siempre está reparado para el reto mental del maratón, en sus palabras, “lo que pasa en tu mente”, que es más complicado que aguantar físicamente. 
 
 
John, el hijo más joven de Frank, también comenzó a correr por salud. En 2005, se dio cuenta que su presión arterial y colesterol estaban mal y pensó que correr un poco le ayudarían a controlarlos y, de hecho, eso fue lo que sucedió. Sin embargo, fue el ritual de ver a su papá correr el maratón lo que lo convenció a incrementar su kilometraje después de retirarse como farmacéutico en 2009. “Me di cuenta que en lugar de acompañarlo y verlo desde afuera, podíamos correrlo juntos”.
 
Y si Frank va a correr el número 18, no está seguro de cuánto aguantará su cuerpo para seguir corriendo maratón. De cualquier forma, no lo descartará. “Cada año hago el maratón, siempre digo que no lo volveré a hacer, pero luego regreso y estoy cruzando la meta”.