CÓMO EL RUNNING HA CAMBIADO MI VIDA: FABIO MONTOYA

Para comenzar he de platicar que toda mi vida fui obeso, desde la infancia tuve propensión a la obesidad y desgraciadamente los buenos hábitos alimenticios así como la cultura del deporte no eran parte de mi disciplina; cuando joven seguí la dieta de una famosa institución encargada de ayudar a la gente con problemas de kilos y realmente me funcionó ya que te enseñan a comer de manera sana y balanceada, perdí bastante peso y me veía fabuloso, el problema vino cuando dejé la dieta, volví a mis antiguas malas prácticas, recobré los kilos perdidos y… algunos más.
 
Estando ya en la Universidad tuve un amigo a quien le gustaba correr; eso me picó el amor propio y dije: '¿Si él puede correr, yo por qué no he de hacerlo?'; así es que de manera muy alegre me levanté a correr al parque de la colonia, excuso decir cómo me fue, no fui capaz de darle ni media vuelta cuando estaba ya ahogado por falta de aire. Le platiqué a este buen camarada y me hizo ciertas recomendaciones acerca de cómo empezar, me recomendó una revista muy afamada en aquellos tiempos especializada en corredores llamada 'The Runner', que se conseguía únicamente en kioscos especializados en distribuir revistas en inglés.
 
Armado con esta herramienta comencé a introducirme en este ambiente, eran los años 80’s cuando esto ocurría y más o menos conseguí hacerme de cierta condición física aunque no la óptima pero ya era un principio. Terminé la escuela y comencé a dedicarme más seriamente a esta disciplina, a un grado tal que decidí que ya era tiempo de acometer mi primer reto: correr el Maratón de la Ciudad de México de 1987 aunque desafortunadamente cuando estaba en plena preparación enfermé de hepatitis y adiós maratón.
 
Eso no me desanimó y para el año siguiente me preparé para emprender mi meta pospuesta y aunque ciertamente entrenaba no era del todo muy disciplinado pero aun así me inscribí y corrí, o más bien sufrí ese mi primer maratón, ya que me ocurrió de todo: una ampolla reventada por ahí del kilómetro 10, me alcanzó la pared en el km 30 con un sol cayendo a plomo, deshidratado y preguntándome qué rayos hacía ahí pudiendo estar tan a gusto en casita tomando una cerveza. 
 
Con el orgullo maltrecho, decidí que tenía que terminar a toda costa así es que caminando, trotando y a veces corriendo pude alcanzar la meta del Autódromo Hermanos Rodríguez y al cruzar la meta no pude evitar que las lágrimas se apoderaran de mi por haber conseguido lo que en momentos me parecía imposible: terminar la prueba y ¡convertirme en maratonista!
 
Durante algunos años más seguí corriendo y conseguí terminar otros maratones, obviamente estaba en excelente condición física pero desgraciadamente lo abandoné con las inevitables consecuencias de volver a subir de peso tremendamente; en ese proceso dos de mis hermanos sufrieron las consecuencias de la diabetes a la cual mi familia está expuesta por provenir de padres diabéticos, de hecho mi padre murió a consecuencia de ése mal cuando yo tenía 8 años; uno de mis hermanos vivió con diabetes varios años hasta su muerte, mi hermana sufrió el flagelo de los daños colaterales de esta terrible enfermedad hasta que falleció. Estos hechos, aunados a las consecuencias del sobrepeso que traía encima, me hicieron reflexionar sobre el peligro en que me encontraba de caer  en un cuadro así; dado que padezco escoliosis y los kilos de más son terribles para mi columna vertebral y, por lo tanto, a cada rato se me desviaba la columna por lo que el médico me advirtió que tenía que bajar de peso ¡ya! por salud. 
 
Con esta espada de Damocles pesando sobre mi cabeza abracé con verdadera seriedad esta práctica que tenía medio olvidada, con un asesoramiento en materia de nutrición, un compromiso conmigo mismo y con fuerza de voluntad comencé a bajar de peso, subió mi autoestima, mi estado de ánimo y mejoró mi salud en general.
 
Gracias a esta enorme modificación en mi vida diaria pude volver a correr el maratón de CDMX, después me tracé otros derroteros y corrí en Mazatlán en donde gracias a un concurso organizado por una firma deportiva tuve la fortuna de ganarme un viaje todo pagado para correr el maratón de Chicago 2006; he tenido la fortuna de correr Toronto, Miami, Las Vegas y en un par de ocasiones más Chicago ya que me parece un ¡maratón genial!
 
Todo esto, pero sobre todo una mejor calidad de vida he conseguido gracias a esta hermosa disciplina que practicaré hasta que el cuerpo aguante, gracias al Running soy un hombre nuevo, más sano y con mucho ánimo. Esta práctica me ha dejado muchas cosas, me ha enseñado que la disciplina y la constancia son la base del éxito, que no importa cuántas veces caigas sino cuántas veces te levantas para continuar y que no has fallado si no, hasta que dejas de intentarlo.
 
Como dijo Muhammad Alí: “No hay nada malo en caer, el problema es quedarse tirado” Y debo decir que no debemos dejarnos abatir por las circunstancias, hay que seguir intentándolo hasta que funcione.